Captar las Realidades de la Casa Blanca en la era de Donald Trump

El presidente estadounidense Donald Trump en enero de 2018 CreditDoug Mills/The New York Times

Doug Mills, fotógrafo de The New York Times, ha cubierto la Casa Blanca desde 1983. Habló con James Estrin sobre fotografiar al actual presidente estadounidense. Donald Trump, a principios de marzo, después de regresar de la cobertura de una cumbre entre Trump y el líder norcoreano, Kim Jong-un, en Hánoi, Vietnam. La conversación fue editada para fines de claridad y brevedad.

Por lo general, ¿con cuánto tiempo cuentas para fotografiar al presidente?

Con los gobiernos anteriores, desde Ronald Reagan, pasabas tal vez dos, tres o cuatro minutos en alguna sala de reuniones con el gabinete. Con Trump puedes estar ahí hasta noventa minutos.

¿Qué significa eso en cuanto a la fotografía?

A veces sientes que eres una mosca en la pared, porque prácticamente te puedes mover por toda la sala, cambiar ángulos e intercambiar lentes. Puedes estudiarlo y buscar a otras personas en la habitación.

Trump con el líder norcoreano, Kim Jong-un, en Singapur, junio de 2018 CreditDoug Mills/The New York Times

Trump entonó el himno nacional estadounidense en el campeonato nacional de futbol americano colegial en Atlanta, Georgia, enero de 2018. CreditDoug Mills/The New York Times

¿Cómo estuvo el viaje reciente a la cumbre en Hanói?

En un viaje al extranjero existen muchas más variables, pero nadie pensó que el presidente respondería a preguntas cuando estaba sentado al lado de Kim Jong-un, y ciertamente nadie esperaba que Kim Jong-un fuera a responder a preguntas de un reportero estadounidense. Así que estuvimos ahí más tiempo del que esperábamos.

Se negoció que pudiéramos instalarnos previamente y esperar a que entraran a la habitación. Eso ayudó a tranquilizar a todos, así que no hubo un frenesí total. Creo que tampoco al presidente Trump le gusta ver los empujones de los fotógrafos, pero llegan a ocurrir, sin importar la situación y con todos.

No obstante, este tuvo más decoro y más formalidad. Además, los fotógrafos norcoreanos y los estadounidenses estaban en diferentes posiciones.

A los fotógrafos norcoreanos les gusta colocarse en posiciones elevadas porque el presidente Trump es más alto que Kim Jong-un, así que la mayoría de los fotógrafos estadounidenses —éramos cuatro— nos arrodillamos y los norcoreanos se colocaron por encima de nosotros, o se subieron a escaleras, para que Trump no luciera como que era mucho más alto.

¿Te preocupa cómo podría reaccionar el presidente a tus imágenes?

El presidente Trump obviamente es una persona muy visual y lee The New York Times en sus versiones impresa y en línea, y en Twitter. Así que conoce las imágenes que produzco. Las personas preguntan si eso me hace pensar dos veces sobre tomar fotografías que no son halagadoras y mi respuesta es no.

Me ha hecho comentarios sobre fotografías mías que no le han gustado en varias ocasiones. Él siempre está muy pendiente de las cámaras. Pero también ha dado elogios sobre mí o mi trabajo.

Agradezco que reconozca la fotografía justa y de calidad y pienso que eso es lo que hago. No tengo ningún interés oculto, y fotografío lo que está frente a mí, sin importar si creo que él luce bien o no o si luce molesto o si luce feliz; eso es irrelevante para mí.

Mi trabajo cuando estoy con el presidente en cualquier evento es intentar capturar la fotografía que cuente mejor la historia. Si es una reunión en un ambiente jovial o alegre, eso se verá en las imágenes. Pero si está molesto o frustrado o enojado, entonces esas fotografías reflejarán eso.

Trump con la primera dama, Melania, en un concierto de bienvenida después de su toma de protesta en el monumento a Abraham Lincoln en Washington, enero de 2017 CreditDoug Mills/The New York Times

El presidente en la Base Aérea Andrews para un vieja a Nashville, Tennessee, enero de 2018CreditDoug Mills/The New York Times

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Este aplauso de Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, durante el más reciente informe de gobierno de Trump se convirtió en un meme. CreditDoug Mills/The New York Times

Trump durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca después de las elecciones intermedias, noviembre de 2018 CreditDoug Mills/The New York Times

¿Fotografiar a este presidente es muy distinto a hacerlo con los cuatro anteriores que has captado?

Barack Obama es el presidente más fotogénico que he cubierto y Trump es el más icónico. No importa dónde veas a Trump, bajo qué luz esté, en qué situación lo fotografiemos, sabes de inmediato que es él. Ya sea por el cabello, su gran estatura, sus sacos negros, el número 45 bordado en sus camisas. Simplemente sabes que es él.

Tenemos más acceso a él del que jamás hemos tenido a cualquier otro presidente que he cubierto. Mucho más. Las oportunidades para fotografiarlo duran más. Conoce el poder de dirigir el ciclo noticioso, algo que hace todos los días, y para que él pueda hacerlo necesitamos tener acceso. Puede manejarlo desde Twitter, pero si hay una gran historia en desarrollo que pueda no ser positiva para él, de repente nos llevan dentro y ya está pasando otra cosa.

Trump dice que los medios difunden noticias falsas, y critica particularmente a The New York Times y The Washington Post, pero para tomar fotografías tienes más acceso que con los presidentes anteriores que has cubierto.

Sí me molesta cuando escucho que dice eso, porque sé que no hay nada sobre mis fotografías que sea falso. Solo estamos ahí haciendo nuestros trabajos. Claramente, no pienso que el Times divulgue ninguna noticia falsa.

Melania Trump durante un viaje a El Cairo, octubre de 2018 CreditDoug Mills/The New York Times

Trump en un mitin en Murphysboro, Illinois, octubre de 2018 CreditDoug Mills/The New York Times

Ivanka Trump, la hija mayor del presidente, en la Base Aérea Andrews, después de un viaje con él a Pittsburgh, enero de 2018 CreditDoug Mills/The New York Times

Cuando tienes acceso a él, ¿sientes que suele ser menos controlado que otros?

Él no es una persona muy controlada. Sus asistentes pueden intentar controlar un evento, pero el presidente Trump indudablemente hará algo inesperado. No es un político y no es alguien que ha sido preparado por manejadores. Así que es más probable que se salga del protocolo, es más probable que sea él mismo y que haga cosas que no hacen los políticos tradicionales, como dejarnos entrar a la sala de gabinete durante noventa minutos.

Estás en el consejo de la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca. ¿Cuál es tu labor ahí?

Soy representante de quienes se encargan de la fotografía fija. Y eso incluye a todas las personas de cámaras y sonido. Estoy constantemente en contacto con personas que toman decisiones sobre los medios en la Casa Blanca para que todos nosotros podamos hacer mejor nuestros trabajos y tengamos tanto acceso como sea posible como grupo.

Has cubierto a George W. Bush, Obama y Trump para el Times. Antes de eso también cubriste, para The Associated Press, a Clinton, George H. W. Bush y a Reagan. ¿Qué tan diferente ha sido cubrir a cada uno de ellos?

Cada gobierno es diferente. Intentas construir una relación de confianza con cada administración, que sepan que haces tu trabajo de manera justa y que no tienes intereses ocultos. Cada administración, cada presidente, trata distinto a los fotógrafos.

Reagan fue actor, así que cuando subía al escenario tenía ese carisma y se animaba. Su personalidad crecía conforme hablaba y hacía gestos.

Bush padre tuvo una de las relaciones más cercanas con los fotógrafos porque fue vicepresidente durante ocho años antes de convertirse en presidente. Conocía a muchos de nosotros por nuestro nombre de pila y tenía un apodo para nosotros, Perros de las Fotos. Nos invitaba a sus juegos de la herradura y a ir a trotar con él. No era para manipularnos, así era su personalidad. Respetaba lo que hacíamos.

Cuando llegó Clinton fue una sensación totalmente diferente. Teníamos mucho acceso. Era muy energético y nunca dejaba de trabajar. Amaba acercarse a la gente haciendo fila, sabía que se conseguían grandes fotografías y parecía cobrar energía al acercarse a la multitud y estrechar manos durante treinta o cuarenta minutos después de un evento.

Su relación con los fotógrafos no era tan cercana como lo era con Bush padre y después del escándalo con Monica Lewinsky hubo menos acceso.

A Bush hijo realmente le agradaban los fotógrafos, gracias a su padre. También nos llamaba Perros de las Fotos. Era muy atlético e invitaba a los fotógrafos a andar en bicicleta con él. Le gustaba estar con los reporteros y fotógrafos y hablar con ellos de vez en cuando, solo para saber cómo se sentían, de manera extraoficial mientras viajábamos en avión o estábamos en eventos sociales. Era muy divertido fotografiarlo. No tenía la presencia escénica de otros presidentes, pero era un personaje y hacía cosas que eran material para buenas imágenes.

Obviamente el 11 de Septiembre fue importante en su presidencia. Eso realmente impulsó la imagen de que era un presidente fuerte, aunque él fue el primer presidente al que vi llorar en el Despacho Oval.

El entonces líder de la Cámara de Representantes, Paul Ryan; el líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, y el líder de la minoría, el senador Chuck Schumer, durante la entrega de la medalla de oro del Congreso al exsenador Bob Dole, enero de 2018 CreditDoug Mills/The New York Times

El presidente Trump camina hacia el helicóptero Marine One para viajar a Utah, diciembre de 2017CreditDoug Mills/The New York Times

Trump a bordo del Air Force One, con una chamarra de la tripulación, enero de 2017 CreditDoug Mills/The New York Times

¿Cuándo fue eso?

Poco después del 11-S, comenzó a llorar mientras hablaba sobre las personas que habían muerto en la zona cero.

Entonces tuviste una experiencia única con Bush hijo mientras estabas en AP, ¿cierto?

Estaba con él durante el 11-S, y solicité ir en el avión con él. Volamos por todo el país en la única aeronave que estaba en el aire. Pienso que confiaba en mí.

Parte de tu trabajo es, por supuesto, periodístico, pero también es histórico.

Vivimos en tiempos históricos. La presidencia de Trump atrae a cada fotógrafo en la ciudad con los que trabajo, y contra los que compito, porque ha habido tanto drama. Nunca sabes qué pasará después.

La sombra de Trump mientras él pronuncia un discurso en la cumbre de la OTAN en Bruselas, julio de 2018CreditDoug Mills/The New York Times

El presidente en un evento de recaudación de fondos en Sioux Falls, Dakota del Sur, septiembre de 2018CreditDoug Mills/The New York Times

Como cuando se refiere al Times como el enemigo del pueblo…

Sí, eso es perturbador para mí.

Aun así él habla bien de ti. En la cumbre con Kim Jong-un a finales de febrero dijo que eres “uno de los mejores fotógrafos del mundo”.

Pienso que obviamente ve mis imágenes y que le gustan… pero no todas. Y no es mi trabajo que le gusten todas. Pienso que entiende que he trabajado en esto durante mucho tiempo y que soy un buen fotógrafo de noticias que no tiene intereses ocultos.

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