Larga vida al libro impreso, René Avilés
Al dictar la Conferencia “Literatura y las nuevas tecnologías”, en el marco del Programa “Abril, mes de la lectura” de la Universidad Autónoma del Estado de México, el escritor y exponente iberoamericano de la prosa narrativa contemporánea, René Avilés Fabila auguró larga vida al libro impreso, “porque la gente prefiere tocarlo, verlo, olerlo y subrayarlo, a sólo mirarlo en una máquina o dispositivo”.
Ante estudiantes del Plantel “Lic. Adolfo López Mateos” de la Escuela Preparatoria, el conferencista, ganador de diversos reconocimientos, como el Premio Nacional de Periodismo y el Premio Colima por Mejor Libro de Narrativa Publicado por el INBA, subrayó que “podrán coexistir por un tiempo más las versiones impresa y digital de los libros literarios; sin embargo, hoy por hoy, los lectores los prefieren impresos”.
Consideró que las nuevas tecnologías son realmente muy valiosas e importantes para el desarrollo de la humanidad, “pero lo que le debemos al libro impreso es impagable, y por muchos años, quizá para el resto de la historia, vamos a seguir teniendo un profundo respeto por el libro impreso, que permitió el desarrollo de la humanidad e incluso, llegar al invento de estas nuevas tecnologías”.
El también académico de tiempo completo de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) destacó que una prueba de lo anterior es el éxito de las ferias del libro, como la Internacional de Libro en Guadalajara, la de Argentina o la de la Ciudad de México, “donde los stands de libros digitales aún no terminan de gustar, pues los visitantes quieren la firma de su autor en el papel”.
Acompañado por la directora de Estudios Superiores de la Máxima Casa de Estudios mexiquense, María del Pilar Reyes Espinosa, René Avilés enfatizó que el beneficio de la tecnología, por ejemplo, las redes sociales, es que puede ser muy útil para promover la literatura.
Sin duda, para muchas actividades del ser humano, la tecnología se ha convertido en una herramienta extraordinaria; así, por ejemplo, permite almacenar un número importante de libros, leer en pantalla, facilita el acceso a textos en cualquier lugar, pero nunca acabará por sustituir al libro, concluyó René Avilés Fabila.