A MÍ NUNCA ME PASARÁ
Muchas veces, la gente en México prefiere gastar en accesorios para el coche como rines, autoestéreos u otras cosas, cuando lo ideal sería invertir eso en un seguro automotriz.
La creencia de que “a mí nunca me pasará“ nada mientras manejas es bastante errónea y, a veces, la Ley de Murphy juega en tu contra, por lo que es importante que estés protegido contra cualquier imprevisto.
Lo primero que debes saber es que existen diferentes tipos de coberturas.
Empezaremos nuestra explicación con la denominada limitada.
La ventaja de esta póliza es que su costo es menor respecto a las denominadas amplias y, generalmente te cubren en caso de robo total, así como protección de responsabilidad civil, que te permitirá hacer frente a los daños de los cuales seas responsable, así como lesiones corporales o muerte a terceros y la indemnización por daño moral que legalmente se determine.
Recuerda que en la Ciudad de México es obligatorio contar con un autoseguros que te proteja contra daños a terceros. De no tenerlo y ser sorprendido por un policía te será levantada una multa.
Generalmente este tipo de coberturas también tiene una asistencia legal para enfrentar los procedimientos judiciales en accidentes de tránsito.
Algunos de estos incluyen una cobertura denominada por gastos médicos a ocupantes que cubre las lesiones que sufra cualquier persona que se encuentre en el vehículo asegurado otorgando costos de hospitalización, atención médica, servicios de ambulancia, entre otros.
Sumado a ello, puedes tener Asistencia vial. Este servicio te permite tener a tu disposición beneficios como paso de corriente, envío de combustible, envío de cerrajero, cambio de llanta y servicio de grúa.
En algunos casos, estas prestaciones se aumentan hasta pagar noches de hotel y alimentos en caso de no poder continuar tu camino, pero debes estar atento a cuántos servicios al año se te permiten, ya que de sobrepasarlos te serán cobrados.