223 Traidores

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EPIGMENIO IBARRA

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Ya los unía, también, el dinero con el que gobiernos y empresas extranjeras, cabilderos y oligarcas locales les han tentado y seducido siempre. Ahora, los hermana además la traición a la Patria; esa que cometieron el domingo 17 de abril de 2022 y por la que habrán de ocupar un lugar en la historia nacional de la infamia.

Como aquellos conservadores que, el 3 de octubre de 1863 en el castillo de Miramar, se postraron ante Maximiliano y le ofrecieron la corona del imperio mexicano. Como los que, en esos mismos y aciagos días, suplicaban en la corte de Napoleón III -quien por cierto soñaba con hacerse de las minas de Sonora- para que enviara a México al ejército invasor que, a sangre y fuego, habría de sentar al archiduque austriaco en el trono.

Como los conservadores, civiles y militares que, en 1913, fueron cómplices, protagonistas y a veces solo marionetas de las maquinaciones del entonces embajador norteamericano Henry Lane Wilson y, después de desatar el infierno de la llamada “Decena trágica” (que en realidad fue una quincena), depusieron y asesinaron al presidente Francisco I. Madero.

Como Carlos Salinas de Gortari quien, después del fraude electoral de 1988, organizó el remate de los bienes nacionales y la entrega de nuestro patrimonio a particulares; o como Vicente Fox Quezada que dio la espalda a las y los millones de mexicanos que votaron en una de las primeras elecciones libres, limpias y auténticas y terminó, luego de haber encabezado uno de los gobiernos más corruptos y negligentes de la historia reciente, metiendo las manos en otro fraude electoral en el 2006.

Como Felipe Calderón Hinojosa que luego de robarse la presidencia fue también, como fueron los conservadores de 1863, a arrodillarse en Washington ante un gobierno extranjero y, siguiendo las órdenes de la DEA, nos impuso una guerra sangrienta e inútil cuya conducción encomendó, además, a otro traidor: Genaro García Luna.

Como Enrique Peña Nieto, quien, con sus malhadadas reformas estructurales, terminó de rematar los pocos bienes de la Nación que aún conservaba en sus manos el Estado. Como los partidos, sus dirigencias y los legisladores que hoy se dicen de oposición y que, participantes del llamado “Pacto por México”, fueron cómplices del saqueo.

Así, como a todos estos personajes infames que tanto daño han hecho a México, habremos de considerar, de ahora en adelante que, las y los legisladores que votaron en contra de los intereses de la gente que dicen representar y en contra del interés superior de la Nación, son y en tanto realizaron “actos contra la independencia, soberanía e integridad de la Nación Mexicana con la finalidad de someterla a persona, grupo o gobierno extranjero” como establece la fracción 1era del Artículo 123 del Código Penal Federal: 223 traidores.

Basta ya de eufemismos. Por la salud de la república es preciso poner fin a la hipocresía, a la simulación, a la “corrección política” propia de los regímenes autoritarios, donde se calla en público y se ordena tomar represalias en privado. En la democracia hay que llamar a las cosas por su nombre, porque lo que no se nombra no existe y esa ha sido la coartada predilecta de los traidores.

Epigmenio Ibarra

@epigmenioibarra

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