Aunque las relaciones entre Estados Unidos de América (EUA) y México siempre sufrirán altibajos —no solo por la extensión de la frontera entre ambos países, sino por la complejidad de sus mutuos intereses—, es indudable que desde el arribo del 46o. Presidente de USA, Joseph Robinette Biden Jr., a la Casa Blanca, el 20 de enero del año en curso, la diplomacia entre ambas naciones se desplaza por carriles muy diferentes a los que utilizaba el anterior mandatario Donald Trump. Sin duda. Aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador  en los primeros días de su “convivencia” con el sucesor de Trump,  se mostró muy puntilloso (exagerado en la utilización de la manoseada “Doctrina Estrada”), al paso de los días y del peso de la realidad, tuvo que cambiar su “tonito” cuando “pidió” a Biden que lo auxiliara con el envío de vacunas contra el COVID-19. El nuevo trato entre EUA-México, se advierte en la primera rueda de prensa formal como Presidente de Joe Biden, al asegurar que en las próximas semanas, “mejorarán las cosas” en la frontera con México, sobre todo en el trato a los inmigrantes menores de edad, aunque aclaró que se está “intentado reconstruir el sistema” (migratorio).

Aspecto relevante de esta primera conferencia de prensa —al cumplir 65 días de mandato presidencial, que a muchos les pareció tardada—, en la Casa Blanca, con duración de poco más de una hora, fue la ausencia de incidentes (tan acostumbrados en el mandato del “magnate”), llenos de descalificaciones, denuncias falsas, insultos a los mexicanos (que curiosamente ignoraba Andrés Manuel López Obrador), a los musulmanes, a los asiáticos, o contra los periodistas —como acostumbra el tabasqueño en sus “mañaneras”—, y muchas mentiras, infinidad de mentiras. Biden incluso se dio el lujo de contestar “no sé”, a sendas preguntas de los reporteros. En pocas palabras, una conferencia de prensa como tenía más de cuatro años que no tenía lugar en la residencia presidencial del vecino del norte. Muy diferente a la que se desarrolla habitualmente en el Palacio Nacional de México.

También llamó la atención que en esta primera conferencia, gran parte de las preguntas de los periodistas a Biden versaron sobre la situación fronteriza México-EUA. En su exposición, el mandatario lamentó que las autoridades mexicanas “no reciban de regreso a familias de migrantes que son deportadas por haber cruzado irregularmente la frontera, acogiéndose a una norma implementada por Donald Trump”. Agregó: “Estamos en negociaciones con el presidente de México, y creemos que eso va a cambiar. Todas (esas familias) deberían poder ser devueltas”, mientras las autoridades estadounidenses resuelven cada caso.

“Nada ha cambiado” desde que está en la Presidencia afirmó el nuevo titular del Ejecutivo de EUA, al preguntársele si su giro en política ha propiciado el crecimiento del flujo migratorio. Y precisó que la manera de hacer frente el fenómeno es “de la forma en que lo hicimos cuando yo era vicepresidente: poniendo un plan bipartidista de más de 700 millones de dólares paras abordar los problemas de fondo de por qué la gente se está saliendo de sus países”. Sobre el particular, agregó que ahora él nombró a la vicepresidenta Kamala Harris para continuar con los propósitos de ese mismo programa.

De hecho, Trump ordenó suspender esos fondos, aparte de desmantelar varios programas para atender a los niños no acompañados y los solicitantes de asilo, entre otros. Por lo que “estamos —repitió—, intentando reconstruir el sistema”. De tal suerte, una vez más Biden dijo: “La frontera no está abierta y la gran mayoría de los migrantes quien llegan e intentan cruzar son represados, como la gran mayoría de las familias… Estamos tratando de resolver, con México, que quiera aceptar más de esas familias… Por ahora “México se está rehusando aceptarlas de regreso”.

Por el momento, explicó que los menores de edad no acompañados ya no son expulsados como lo hacía su antecesor, no se separan a niños de sus padres, ni se deja que estén solos en la frontera. El desafío inmediato, es trasladarlos lo antes posible de las instalaciones de la Policía Fronteriza, donde se encuentran en condiciones “inaceptables”, para colocarlos con familiares o en edificios del Departamento de Salud, donde encuentran mejores condiciones de seguridad y sanitarias, con personal especializado para atenderlos.  Olvidar el programa “Quédate en México”, cancelado por el nuevo presidente demócrata. Porque su política migratoria se encamina a dar asilo no para colocar a los inmigrantes tirados a la vera del camino, sin esperanzas, al otro lado de la frontera como lo hizo Trump.

En torno a otros temas de política interna, el ex vicepresidente de EUA durante los dos periodos de Barack Obama, declaró que la siguiente iniciativa de su mandato será la reconstrucción de la infraestructura nacional y aseguró que la Unión Americana ahora ocupa el decimotercer lugar a escala mundial en ese rubro. Al respecto, dijo que China invierte tres veces más que EUA en infraestructura y que el “futuro” del país depende de eso.

Por lo que toca a política exterior, Biden tiene clara su estrategia: “EUA continuará como primera potencia mundial”. Y en su primera rueda de prensa lo manifestó claramente. Al hablar sobre la República Popular China el mensaje fue contundente: “El principal objetivo de China es convertirse en el país líder, el más rico y el más poderoso del mundo. Eso no va a pasar durante mi mandato”. Afirmación arriesgada. El inquilino de la Casa Blanca es jugador directo. Pero las circunstancias del planeta son muy diferentes a las que había hace apenas un lustro.

Sin embargo, el mandatario demócrata dice que no busca la “confrontación” con Pekín, pero que entiende que seguirá teniendo unas “confrontación dura” con la RPCh. Al referirse a sus relaciones con los representantes del gobierno comunista explicó que  gracias a sus años como vicepresidente de Obama, pidió conocer muy bien al dirigente chino, Xi Jinping, y que éste “no tiene un solo hueso democrático en su cuerpo”, pero , reconoció que es “muy, muy listo”. Asimismo, Biden prometió hacer causa común con sus aliados en la Unión Europea —los mismos que despreció Trump—, y con la India, Japón, y Australia, para lograr que “China  rinda cuentas y sigas las reglas”, a raíz de la represión contra la minoría uigur y su expansionismo en la zona”.  Cientos de miles de musulmanes uigures fueron detenidos en una red de campos de internamiento por órdenes de Pekín. Estos musulmanes viven fundamentalmente en Sinkiang, que oficialmente se denomina Región Autónoma Uigur de Sinkiang, una región autónoma de China como lo es Tíbet en el sur. A principio del siglo XX, los uigures declaran una independencia que resultó ser efímera, ya que el área quedó bajo el completo control de China comunista en 1949. Se calcula qué, hay repartidos por todo el planeta alrededor de 30 millones de uigures, en EUA, Suecia, Alemania y Turquía.

“Esta es una batalla entre la utilidad de las democracias y las autocracias en el siglo XXI —abundó—. Dentro de no mucho tiempo, invitaré aquí (en la Casa Blanca) a una alianza de democracias para hablar sobre el futuro”. Hay que recordar que durante su campaña electoral Biden prometió que programaría una reunión de este tipo y otras similares, como la del cuidado del Medio Ambiente. De tal suerte, también señaló en su rueda de prensa que lo que está en juego en el mundo en esta novísima centuria, más allá de los retos que representa China, es si las democracias prevalecerán sobre las autocracias: lo que además incluye a Rusia.

Otro de los puntos tratados en la conferencia fue el relativo a Corea del Norte y las constantes baladronadas de su dirigente, lo que podría obligar, dijo Biden, a una escalada de la tensión mundial, tras las recientes pruebas de misiles disparados por Pyongyang. Lo que propiciaría la intervención estadounidense. Así, el jefe de la Casa Blanca aseveró que este asunto es de mayor prioridad en la política exterior de la Unión Americana, pero que está dispuesto a buscar una solución diplomática, y que la condición tendría que ser la desnuclearización. En fin, advirtió que la dictadura norcoreana debería de meditar muy bien sus próximos pasos y no persistir en mayores provocaciones. En este rubro, EUA está en contacto con sus aliados para determinar una posible respuesta si el régimen norcoreano continúa empeñado en su campaña propagandística. “Habrá respuestas si optan por escalar”, rubricó.

Por último, en su calidad de comandante supremo de las Fuerzas Armadas de EUA, Biden respondió negativamente la pregunta relativa al retiro de las tropas de todas las tropas del Tío Sam antes del próximo 1 de mayo como lo anunció su antecesor en el mando militar. Pero, aclaró que esta retirada podría cumplirse antes del próximo año.

Como colofón de su primera ronda de prensa, Joseph Robinette Biden Jr., 46o. Presidente de EUA, recordó sus principales lemas de campaña, al afirmar que mantenía sus tres consignas como Presidente de la Unión: rescatar “el alma, la dignidad” y la transparencia del sistema político estadounidense. Reconstruir “la columna vertebral del país: la clase media, la gente trabajadora y quienes luchan para ingresar a la clase medias. Ellos construyeron a Estados Unidos de América y los sindicatos los construyeron a ellos”, y “unir al país”. Como un reconocimiento a la promulgación en ley de su paquete de recate económico —a causa de la pandemia del COVID-19–, que entre otras medidas entrega fondos a la gente común, y su intención de de que los trabajadores no tengan que preocuparse de su empleo, sus seguros de salud y más, el presidente Biden dijo: “Quiero cambiar el paradigma. Queremos empezar a recompensar al trabajo, no sólo a la riqueza”, tal y como lo hizo Donald Trump cuando llegó al poder. Esa es la diferencia ahora entre demócratas y republicanos, remarcó el mandatario, y acusó a sus adversarios de que se oponen a emplear el presupuesto para “salvar las vidas de la gente”, pero que no se molestan lo más mínimo cuando se beneficia a los más ricos y a las grandes empresas.

Con su primera rueda de prensa, Biden hizo la diferencia con el proceder de su antecesor. A los 65 días de mandato. Le resta un gran tramo. Apenas es el principio. La realidad cambia muchos proyectos y “transformaciones”. Nada más, nada menos, VALE.

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