La ineptitud de Trump generará daño irreparable

La presidencia de Trump será un experimento oportuno, previo a la elección presidencial en México. Quienes se manifestaron hartos de políticos y de partidos, y dinamitaron la elección con un candidato ajeno al sistema, se empiezan a dar cuenta de que sí existe algo peor que lo que había.

En todos los frentes, Trump daña a su país. En política internacional, sin planearlo le cede a China el liderazgo global. Su garrafal error de abandonar el TPP dejará a Asia sin contrapeso, permitiendo que la política comercial mercantilista china domine la región. Al quitarle apoyo económico a organismos multilaterales, le abre paso a la influencia del gigante asiático que podrá imponer sus intereses en otras latitudes.

Alemania, el único contrapeso posible, tiene las manos llenas intentando preservar a la Unión Europea después del Brexit, y a la Eurozona amenazada por políticos populistas, por la crisis bancaria italiana y por la próxima crisis griega.

El secretario de Estado, Rex Tillerson, viaja por el mundo sin credibilidad alguna, pues lo que diga será desdicho por su jefe en un tuit. En casa deja una secretaría llena de sillas vacías. Ni siquiera logró nombrar a Elliot Abrams, un diplomático experimentado a quien eligió como su mano derecha, porque fue vetado por Trump, dado que lo criticó durante la campaña. Trump no incluyó a su titular de relaciones exteriores en reuniones con varios mandatarios extranjeros, privilegiando la presencia de su hija o de su yerno, quien se ha vuelto su principal ‘estratega’ de política exterior, a pesar de su nula experiencia. Pero lo mismo pasa en otras secretarías y en el Poder Judicial.

Es crucial preguntarnos si la ineptitud extrema es intencional, una estrategia para desmantelar al gobierno, deseo manifestado expresamente por Steve Bannon, el lúgubre, maquiavélico, extremadamente ideológico y claramente resentido jefe de estrategia de la Casa Blanca. Pero ni esa versión tiene sentido. Trump desperdicia una oportunidad histórica para imprimir su ideología en décadas por venir, eligiendo a jueces que simpaticen con su visión. En vez de eso, hay 118 asientos vacantes en cortes federales en todo el país. Su volatilidad, inexperiencia y propensión al escándalo llevan a que funcionarios del Servicio Civil de Carrera renuncien, gente comprometida con su país. Su salida debilitará a las instituciones, quizá en forma irreparable.

Hasta en el tema teóricamente prioritario de seguridad se cometen errores. Mientras se propone un recorte de 28 por ciento en el presupuesto para relaciones exteriores, se busca incrementar el gasto militar 10 por ciento, un monto equivalente a 54 mil millones de dólares. Esto a pesar del flagrante desperdicio de recursos que ha caracterizado al Pentágono por décadas. Uno esperaría que el primer ‘hombre de negocios’ en la Casa Blanca se enfocara en eficientar sistemas de procuración, optimizando el colosal gasto militar, quizá mayor al del resto del mundo sumado, si incluimos todo el gasto en armamento y tecnología nuclear que se contabiliza en la Secretaría de Energía. Estados Unidos tendrá una fuerza militar más obesa, pero menor influencia geopolítica. El secretario de Defensa, James Mattis, un general respetado, dijo hace tiempo que no invertir en diplomacia sería un error que crearía un mundo más inseguro, para el cual “ultimadamente sí necesitaré de más munición”.

El Departamento de Seguridad Interior (Homeland Security) recibirá dos mil 600 millones adicionales, 7.0 por ciento más. Parte importante se iría a pagar por el mentado muro, pero 314 millones pagarán por 500 nuevos agentes fronterizos y mil nuevos agentes del Servicio de Inmigración y Aduana (ICE) que generarán un daño severo a la comunidad migrante.

Buscando aprehensiones, detienen incluso a migrantes morenitos que se acercan a las cortes buscando ayuda. Esto garantizará que los criminales se ensañen con nuestros paisanos, sabiendo que evitarán a policías y cortes, y generará problemas de salud y quizá epidemias, conforme también eviten ir a hospitales. Esto será una panacea para el negocio de tráfico humano que crece en forma escandalosa.

En cuanto a los servicios de inteligencia, el otro gran componente de la seguridad, éste también está siendo debilitado, conforme la narrativa del presidente que cuestiona su efectividad y objetividad. Muchos agentes experimentados optarán por retirarse o ir a empresas privadas.

Considerando cuánto toma formarlos y que hagan sus redes de información, los terroristas deben estar de plácemes.

Quienes apoyaron a Trump empiezan a apreciar su error. Se verán afectados por recortes en programas públicos. Su nivel de aprobación va en picada, e incluso los mercados financieros empiezan a reflejarlo, al constatar que los cambios propuestos al sistema fiscal quizá no se logren y que el gasto en infraestructura fue ‘pospuesto’ para el próximo año. Muchos recortes presupuestales, indispensables para compensar una reducción en tasas impositivas, no ocurrirán, pues el cabildeo de los afectados sí está organizado. Perderá el apoyo de legisladores republicanos expuestos a elecciones el próximo año.

Las recetas mágicas no resuelven problemas complejos, frecuentemente los agravan. El populismo a veces da temporalmente, pero quita en forma permanente.

Fuente: El Financiero

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