Fruta y Verdura: cómo Evitar Desperdicios

Fruta y verdura: cómo evitar desperdicios

Te vas de vacaciones y vacías la nevera. Vuelves a casa después de una escapada y te encuentras comida pasada. Sales a pasar el día fuera y te llevas fruta, apetecible y fresca… que luego no comes y acabas desechando. El desperdicio de comida es un hecho, y en verano, aún más.

09 agosto 2021
desperdicio de fruta y verdura

Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en primavera y verano se desperdician más alimentos. Y es que el verano es un periodo especialmente crítico para la conservación de muchos alimentos, sobre todo los que no siempre se meten en la nevera, como pasa con algunas frutas y verduras. Según el MAPA, la fruta y verdura fresca son unos de los productos que más se desperdician.

Cómo conservar frutas y verduras

Si no quieres que estos alimentos acaben en la basura, hay que saber cómo conservarlos bien.

  • Algunos productos se pueden dejar hasta que maduren fuera de la nevera, pero luego se deben refrigerar, porque se pueden deteriorar rápidamente y cambiar de maduros a pasados: así sucede con ciruelas, melocotones, aguacates, nectarina o kiwis, frutas de esta temporada.
  • Las naranjas y otros cítricos están mejor a temperatura ambiente, ya que el frío puede producir daños o pérdidas en sus propiedades, aromas, textura o sabor.
  • Los tomates no aguantan bien en la nevera. Es mejor comprarlos maduros si son para uso inmediato y dejar los más verdes que maduren a temperatura ambiente; si vemos que se van a pasar, es cuando se pueden refrigerar o usarlos para hacer un gazpacho o una salsa.
  • Sandía, melón y piña. Si están sin abrir, no se deben guardar en la nevera. Una vez cortados, deben refrigerarse porque pueden crecer bacterias patógenas en la zona de corte, que, además de estropear la fruta, pueden producir intoxicaciones.
  • Las patatas y cebollas no deben guardarse en la nevera. Si decides refrigerarlas, no las uses después para freír, pues generarán más acrilamida, con el consiguiente riesgo.
  • Las zanahorias, cebolletas, puerros, nabos y judías verdes es mejor meterlos en la nevera.

¿Qué hacer con la fruta y verdura que nos sobra?

¿Y si nos vamos de vacaciones y todavía nos quedan cosas?

De entrada puedes hacer purés o cremas frías que luego se congelan fácilmente y podrás aprovechar en cualquier momento.

Conservar comida en verano

Pero también hay muchos vegetales que se pueden congelar directamente (la solución más rápida y fácil). Es cierto que la textura de estos alimentos puede verse resentida, sobre todo cuando son muy ricos en agua, pero son perfectamente utilizables para batidos y smoothies o como ingrediente en recetas de dulces, bizcochos, galletas etc.

  • Los tomates se pueden congelar enteros directamente y usarlos a la vuelta para salsas o gazpachos: se estropea su textura, pero no el sabor.
  • Los calabacines y berenjenas se pueden congelar en bastones, trozos o rodajas con un escaldado previo y enfriado rápido, se dejan secar bien y a continuación se envasan en bolsas intentado quitar el aire.
  • Las cebollas, ajos, hierbas aromáticas se pueden trocear y congelar. En el caso de la cebolla, mejor en aros o en trocitos, se deja que escurra el agua y después se envasan. Después se pueden usar directamente congelados en recetas a la sartén o en un guiso.
  • Las patatas no quedan bien congeladas. Es preferible intentar conservarlas fuera de la nevera protegidas de la luz.
  • Los plátanos se pueden congelar, y luego usarlos para endulzar bizcochos, galletas, batidos, etc.
  • Las frutas pequeñas como uvas y frutos rojos se pueden congelar y usarlas para batidos o recetas de dulces, bizcochos o postres.
  • Las frutas grandes como melocotones, fresquillas, nectarinas, mangos o kiwis se pueden cortar en trozos y congelar para usar en batidos y smoothies.

Cuidado con las piezas mohosas

Todas estas recomendaciones son para piezas en buen estado, o tan maduras que no van a aguantar ya casi tiempo, no para frutas o verduras estropeadas. Si los vegetales se ponen mohosos en muchos casos sí habrá que tirarlos. Solo se pueden salvar las frutas “turgentes”, en las que bastaría con quitar la parte mohosa y un trozo alrededor; en cambio, la carne tierna y húmeda de vegetales blandos o harinosos (tomate o pera, por ejemplo) se presta a que penetren los filamentos del micelio de los hongos, por lo que debemos desecharlos.

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